Quema de caña o Nieve negra
Inexorablemente todos los años se repite la misma historia; y es la Nieve negra de Tucumán, tambien conocida como “Hollín” o Maloja” que precipita desde julio hasta septiembre en la provincia.
La quema de cañaverales en época de zafra es una practica habitual. Como todos los habitantes de este suelo saben, los patios, las calles, las plazas, las casas, la ropa, los pulmones, los ojos y el pelo de los tucumanos reciben nubes de cenizas que provienen de esta perniciosa actividad. Cuando transcurren varias semanas sin lluvias, la tierra y el polvillo del ambiente provocan enfermedades oculares y respiratorias. Suelen ocurrir accidentes muchos de ellos mortales por la escasa visibilidad. Cuando estas penurias flagelan a nuestros comprovincianos, se escuchan miles de quejas ciudadanas y las autoridades de turno se deshacen en promesas de que se intensificaran los controles y sanciones para terminar con esta mala costumbre. . .
Ante esto viene a mi mente la frase “ laissez faire, laissez passer” (dejar hacer, o dejar pasar).
Días atrás una quema de cañaverales causo inconvenientes en el trafico por la autopista que une Famailla con esta capital, ya que el fuego avanzo hasta pocos metros antes de tocar la cinta asfáltica.
De acuerdo con datos suministrados por el jefe de bomberos voluntarios de Lules, ese cuerpo sofoca, al menos, tres incendios por día. La tarea es agotadora porque la elevada temperatura es sofocante. El calor, la baja humedad y el viento contribuyen a que los focos se extiendan hacia zonas pobladas donde se tornan muy peligrosas.
Por su parte, Fernando Torres director de defensa civil de la Provincia , afirmó que, según las estadísticas que maneja la repartición a su cargo, se produce un promedio de siete incendios diarios .
En tanto, según la OMS inhalamos un 600 por ciento mas de hollín de lo que se recomienda. De julio a septiembre, una densa nube de hollín sumerge a toda la provincia en tinieblas, y ocasiona inconvenientes.
Pese a que el articulo 186 del Código penal Argentino establece sanciones de 3 a 10 años de prisión o reclusión a quien causara incendios, explosiones, en Tucumán no se acata la ley.
De hecho, aquí se trata de un problema recurrente.
Nosotros mismos creamos el problema, un problema asume tal gravedad que afecta nuestra salud, nosotros mismos contando con las soluciones no las aplicamos y todo ello se repite y se repite. Es una invariancia que desnuda y muestra con descaro lo peor de nuestra esencia. Nos evidencia, y saca a la superficie, la parte oscura de nuestra naturaleza que nos condena a ser, tal vez para siempre, subdesarrollados, marginales y periféricos. Aportes y críticas: Ninguna, porque la nota es perfecta (Perfección: "Lo que no le falta nada para ser")
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